Por  Denis Korkodinov

    La agencia de noticias Al-Naba, creada bajo los auspicios del Estado Islámico, informó que los grupos armados de al-Qaeda han llevado a cabo una serie de ataques contra posiciones de ISIS ubicadas en el suroeste del Sahara central.

    Las dos organizaciones terroristas, ISIS y al-Qaida, comparten activamente esferas de influencia en África occidental.
    Desde mediados de abril de 2020, después de una serie de derrotas en Siria e Irak, los militantes del Estado Islámico han aumentado significativamente su presencia en el continente africano.

    Los enfrentamientos más serios con las fuerzas gubernamentales ocurrieron en Malí, Níger y los «cruces» entre Nigeria, Chad y Camerún. Los ataques terroristas en Kenia y Mozambique se han vuelto más frecuentes. Al mismo tiempo, las acciones de ISIS se han centrado no solo en los líderes de los estados africanos, sino también en las organizaciones terroristas rivales, incluida Al Qaeda.

    Los partidarios de Ayman al-Zawahiri estaban bastante celosos del hecho de que ISIS rápidamente conquistó territorios que cayeron en la esfera de los intereses de al-Qaeda. Como resultado, ha surgido un conflicto entre organizaciones terroristas que ha llevado a una serie de enfrentamientos armados. Esto le dio a los militantes de ISIS razones para creer que Al Qaeda había abierto un segundo frente contra ellos.

    Vale la pena señalar que la sección zapando-africana de al-Qaeda (el «Movimiento para el apoyo del Islam y los musulmanes») está ampliamente representada en Malí y en varios estados vecinos. Se las arreglaron para fortalecer significativamente sus posiciones, gracias al apoyo activo de las tribus locales, incluidos los salafistas, con los que se organizaron ataques terroristas contra las fuerzas gubernamentales en el norte de Malí.

    Fue esta circunstancia la que permitió a los militantes de ISIS dudar de la lealtad de la población local, que fue destruida masivamente por negar la ideología del Estado Islámico y sus éxitos en los intentos de formar un califato en África occidental.

    Mientras tanto, al-Qaeda ha podido obtener el apoyo del gobierno de Malí y comprometerse a controlar la frontera argelina-árabe. Mientras, la estrategia de ISIS rechaza cualquier alianza con el gobierno nacional, considerándolo un enemigo jurado de una organización terrorista. Esta circunstancia sirvió de base para acusar a Al Qaeda de traición, que, según los militantes del Estado Islámico, solo puede compensarse con asesinatos.

    Entre otras cosas, se plantea otra crítica por el hecho de que la coalición internacional liderada por Francia, por regla general, parece no prestar mucha atención a la lucha contra Al Qaeda. En base a esto, los militantes de ISIS creen que hay algunos acuerdos de seguridad mutuos entre el comando de la coalición y la dirección de la sección de África Occidental del grupo Ayman al-Zawahiri.

    Numerosas fuentes creen que las acusaciones de ISIS dirigidas a Al Qaeda podrían llevar al asesinato de los ex líderes de Ansar Eddin, un grupo militante islámico, establecido en diciembre de 2011, asociado con Al Qaeda, Iyad al-Ghali y Ammad al-Kuff, quienes actualmente lideran El grupo en África occidental.

    (Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de World Geostrategic Insights)

    Share.