Maria Gabriela Angel Viveros
Sin duda alguna el inicio de esta década tomó por sorpresa al mundo, especialmente a la llamada ´comunidad internacional´, gracias a una serie de eventos a nivel global que provocaron ciertas tensiones dentro de los actores más relevantes de dicha comunidad.
Aun en medio de los sucesos como el enfrentamiento en territorio asiático de tropas estadounidenses y militares iraníes, seguido del alarmante incendio en Australia, nadie –por los menos los gigantes de occidente- se imaginaban la realidad que estamos viviendo bajo la propagación del COVID-19.
Mientras la relación diplomática entre Estados Unidos e Irán se consideraban como el punto de quiebre para el inicio de una supuesta ´tercera guerra mundial´, el continente asiático estaba reportando los primeros brotes y contagios, en territorio chino, de este desconocido virus en ese entonces. Si bien es cierto, hasta la fecha de hoy se mantiene un fuerte debate en torno al manejo por parte del gobierno chino recién empezaron los brotes de Coronavirus en la ciudad de Wuhan, esto teniendo en cuenta la censura que se aplicó a los primeros que se atrevieron a recurrir a los medios para alarmar al mundo de los alcances de este virus. Pero, una vez la Organización Mundial de la Salud se pronunció declarándola como pandemia, el mundo entero se vio en obligación de reestructurar y replantar sus agendas en términos de gobernabilidad; con el propósito de frenar a toda costa índices de mortandad tan alarmantes como los que para esa fecha (el 11 de marzo) ya estaba enfrentando China, Italia y España.
Ahora bien, el interrogante que pretendo discutir y de alguna forma responder, apunta directamente al concepto de la llamada ´comunidad internacional´ y las implicaciones que conlleva el haber declarado el COVID-19 como una pandemia. En primer lugar, ¿en sí qué es la comunidad internacional? ¿quiénes realmente hacen parte de esto?, bueno, en pocas palabras se puede afirmar que la comunidad internacional es la materialización de ideales normativos que ejercen una influencia dentro de la política internacional, o al menos así lo plantea Tod Lindberg (2014).
En este sentido, cuando la OMS se dirigió al mundo entero describiendo la gravedad de esta pandemia, la ´comunidad internacional´ recibió el primer llamado de atención para irse preparando ante la inevitable llegada del virus a sus territorios. En el instante en que se demostró que el contacto entre los individuos era el transmisor por excelencia de la amenaza común, la toma de decisiones a nivel estatal se vio acaparada por el concepto de la conocida ´gobernanza global´ y los tales ´regímenes internacionales´, porque bajo esta crisis la capacidad individual de un Estado no es suficiente para contener una pandemia.
A diferencia de otro tipo de crisis humanitaria, el COVID-19 ha llevado a los tomadores de decisiones a emprender una serie de acciones y protocolos para controlar a toda costa la nombrada curva de contagios, y estas medidas han resultado en el dilema entre garantizar la salud de los ciudadanos o proteger la economía de una, relativamente asegurada, caída significativa. Ante esto, es importante traer a colación la siguiente definición de ´gobernanza global´, “… se relaciona con la interacción de innumerables entidades colectivas o individuales que emanan de diversas orientaciones sociales y profesionales; las cuales forman redes que se involucran para abordar problemas que amenazan a las comunidades locales y globales.” (Rashchupkina, Yuliya et al.,2016)
Aquí es donde cobra sentido el uso del término ´comunidad internacional´, aun cuando ésta no corresponda a unos actores en específico ni tampoco haga alusión a un supuesto gobierno mundial, si tiene la intención –de acuerdo con los postulados de Lindberg- de ser “la voz de la aspiración normativa liberal clásica: cómo debería ser el mundo”, para esto puede que se recurra a mecanismos como la diplomacia tradicional y la interacción del interés nacional de varios estados. Entonces, si nos basamos el estado actual del manejo de la pandemia es evidente que la presencia de la comunidad internacional ha sido vital a la hora de apelar a esos ideales normativos a escala global, con toda la ayuda humanitaria en cuanto a equipos, test, material, etc; que muchos países por lo menos en América latina se han beneficiado de manera significativa.
Aunque esta crisis ha roto un poco el paradigma en cuanto a que la ´comunidad internacional´ es básicamente Estados Unidos perpetuando sus valores, gracias a la polémica gestión de Trump en este momento, considero que esta coyuntura es un claro ejemplo de la importancia que tiene la ´gobernanza global´ no solo en términos de los regímenes ya existentes como, el cambio climático, migraciones, comercio internacional, etc; sino también respecto a la flexibilidad que promueve a la hora de promover la interacción de los diversos actores que cambian los patrones de cooperación para abordar los problemas a nivel mundial.
Por último, me queda decir que ante la aparición y propagación del Coronavirus el concepto de normalidad en la vida de las personas alrededor del mundo, se ha visto interrumpido por una serie de medidas que nos están llevando a cambiar muchos hábitos que hacían parte de nuestra antigua cotidianidad, y ante esto me pregunto ¿esta década será el inicio de una transformación absoluta en la priorización de la agenda internacional? ¿es posible considerar nuevos asuntos ocupando los conceptos de ´high politics´ y ´low politics´?
Y finalmente, la que más me inquieta ¿esta crisis económica tampoco será un antecedente para repensar el modelo tan frágil que occidente mantiene? Porque, en pocas palabras, el confinamiento medianamente extendido que vivió y está viviendo –en algunos casos- América latina ha sacado a relucir una serie de problemáticas que la región ha escondido por años con medidas y solvencias muy endebles, que justamente ahora es que “están en crisis”, tal como el caso del empleo informal.
Autora: Maria Gabriela Angel Viveros (Asesora Relaciones Internacionales y Cooperación, Estudiante en Universidad del Rosario, Bogota,D.C., Capital District, Colombia)
(Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de World Geostrategic Insights)